¡Hola, Hermosa!
¡Gracias por estar acá!
Un poquito de historia...
Muchos domingos me frenaban.
Me quedaba quieta mirando la cocina, los bowls, los restos de la semana… y me preguntaba si eso era lo que yo quería para mis domingos.
Desde hace 8 años en pastelería, mis domingos eran un revoltijo de cansancio, culpa por no avanzar, ansiedad por lo que venía y esa sensación rara de estar “a medias” siempre. Quería descansar, pero también quería crecer. Quería apagar la cabeza, pero también quería ordenar mis ideas. Y muchas veces, no hacía ni una cosa ni la otra.
Con el tiempo entendí que mi negocio cambiaba cuando yo me detenía a escucharme, aunque fuera un ratito. Que un domingo de reflexión me daba más claridad para toda la semana que cualquier lista de tareas del lunes. Y que no se trataba de ser perfecta, sino de ser honesta conmigo misma:
cómo estoy, qué necesito, qué estoy evitando, qué quiero crear.
Por eso armé esta guía.
Para que no tengas que esperar a “estar agotada” para frenar.
Para que tus domingos también puedan convertirse en un punto de encuentro con vos misma, con tu creatividad, con tu propósito… y con la pastelera que querés ser.
No estás sola.
Estamos muchas aprendiendo a sostener nuestros negocios sin perdernos a nosotras mismas.
Y esta guía es un mini ritual para acompañarte en ese camino.